Lira, Prosa y Arte en el viento

Un blog de literatura, arte y más

Diario de un viajero - Fragmento del día 2

Published by Es-Charly under on diciembre 23, 2021

                                     

Ya el cielo comenzaba a aclararse y comencé a beber la poca agua que aún quedaba en mi cantimplora. Bebí hasta que la última gota toco mi lengua y a pesar de la falta de agua, traté de soportar su ausencia pensando en otras cosas.

- Si es la falta de agua tu preocupación, dentro de unas horas llegaremos a un puesto de abastecimiento – me dijo Ramiro – Puedes comprar todo lo que necesites.

Ahora nos dirigimos por una carretera que a los lados del camino solo había piedras enormes y cerros. El ambiente era muy repetitivo y monótono, por más que avanzáramos no cambiaba su condición. Conforme pasaban las horas el aburrimiento rápidamente se apoderaba de los pasajeros, los cuales tenían muchas ansias de llegar a su destino, al menos antes que el sol se ponga. De los asientos de atrás se escuchaba a una señora preguntando a qué hora el carro iba a llegar al siguiente pueblo y a un niño llorando por lo aburrido que estaba. Ese clima de insatisfacción también se apodero tanto de Ramiro como de mí, quien a pesar de tratar de mantener la paciencia, el ver solo un camino de cerros hacia que mis ansias de poder llegar se hacían aún más fuertes.

Eran ya las 6 de la tarde y comenzaba a ver los primeros letreros que indicaban el pueblo más cercano; no obstante, como si la suerte nos fuera esquiva aún faltaban muchos kilómetros para llegar a la zona de abastecimiento.

El aburrimiento había logrado su fruto, mis ojos poco a poco empezaban a cerrarse, mi cuerpo a relajarse y un fuerte cansancio se apoderó de mí. 

- Muchacho ya hemos llegado – me dijo Ramiro


Diario de un viajero - Fragmento del día 1

Published by Es-Charly under on diciembre 23, 2021

                                     


Había llegado con dos horas de adelanto a la estación, la razón sin duda era mi extrema puntualidad a todos los lugares que voy. 

Si… Debo ser sincero, soy recontra estricto y quizás un poco obsesionado con la puntualidad; no obstante, considero que es una virtud que debería ser inherente en toda sociedad. Aunque en esta ocasión mi “obsesión” me ha traído como resultado estar aquí dos horas antes y ver una estación casi desierta. 

Decidí sentarme en una de las bancas de la estación, solo escuchaba el ruido proveniente del paso de las pocas personas que habían en ese momento, algunas conversaciones y de vez en cuando el sonido de un celular. 

Durante la espera veía como un niño jugaba con su globo. Aquella imagen me hacía recordar mucho a mi niñez, donde me divertía paseando por un parque de verde pastizal y arboles enormes. Iba de vez en cuando a ese parque, era un lugar tan hermoso como lo es mi hogar. Recuerdo que mi abuela, a quien de cariño le digo y le seguiré diciendo mamá, me compró una plancha de globos que vendían en el mercado. Por cierto, tengo que comprar una plancha de globos cuando llegué a casa. Los recuerdos buenos son como un boomerang siempre vuelven a uno, e incluso la infancia.

Esa evocación de mis recuerdos fui detenido súbitamente debido a la conversación de dos señores que sentaron al lado mío. Su tema de conversación me distrajo y al mismo tiempo, llamó toda mi atención ya que hablaban sobre la política de mi país y la necesidad de que la población apoye y tenga mayor confianza en la gente joven.

Luego de una hora y media comenzaron a arribar los buses que se dirigían a los diferentes destinos, había algunos que iban hacia el sur del país, otros al este y por último, al centro y al oeste del país. Yo solo esperaba los buses que se dirigían al norte. Si allí era el lugar donde quería ir, al lugar que era mi meta al terminar este año. 

Diario de un viajero, décimo aniversario

Published by Es-Charly under on diciembre 23, 2021

Hace 10 años justo un día como hoy, era premiado el cuento "Diario de un viajero" en el concurso Talentos Heredianos UPCH 2011.

¿Por qué fue tan significativo este triunfo? Porque fue uno de mis primeros triunfos a nivel universitario en un rubro que yo había dejado en el olvido un poco que era la literatura. El proyecto tomo un año de trabajo, ya que se tenía pensado presentar en la edición del 2010. Sin embargo, por motivos de salud, una fuerte gripe me evito ir unos días a la universidad y no llegué a tiempo a entregar el documento, luego el año siguiente una de las metas aparte de aprobar los cursos era presentar este cuento y así lo hice dando a conocer al personaje de Sebastian Gastello, un joven egresado apenas unos meses de la universidad quien decide darse ese viaje en solitario (Como muchos de nosotros alguna vez hemos tenido o lo realizamos), al no encontrar asiento en el bus rumbo a casa, por situaciones del destino se vuelve el copiloto de Ramiro, un conductor de bus interprovincial semi retirado. En su viaje, Sebastian experimentará una transformación tanto personal como espiritual, una oportunidad única donde vive unas nuevas experiencias más allá de las aulas o la vida en la ciudad donde estudiaba. Al mismo tiempo, fue un hermoso cierre a un año y aun período de vida que estuvo marcado por comenzar de nuevo ya sin presiones académicas y personales. Y a pesar que tuve una semana accidentada, se tuvo una revancha bien merecida.

Cumpliéndose hoy 10 años de la premiación de aquel cuento, desde el blog "Lira, prosa y verso en el viento" se presentarán cortos de algunos capítulos.